¿Y QUÉ HACEMOS CUANDO HAY PROBLEMAS DEL SUEÑO?

pesadilla

PESADILLAS

Todos los pequeños mamíferos se angustian por la noche. Es un fenómeno natural. Y a partir de los tres años de edad, es frecuente que los niños asimilen en la noche las emociones del día.  Por lo tanto, en más de una ocasión, los padres deberán hallar palabras que reconforten a un niño que acaba de despertarse por una pesadilla que lo impide volver a dormirse. La mitad de los niños entre tres y seis años de edad tiene pesadillas.

El niño crea imágenes en su mente y en ocasiones no podrá olvidar esos feos sueños. Y como desventaja, puede estar convencido de que los monstruos que ve en sus sueños o que imagina bajo su cama, existen.

  • Si su hijo siente miedo por la noche, evite, antes de que se duerma, los libros que explican cómo vencer a los monstruos que están bajo las camas. En ocasiones, esos lobos y otros terrores que nos parecen divertidos pueden acentuar las angustias nocturnas.
  • Al final del día, comente con su hijo, como un juego, los ruidos de la tarde y de la noche, con el fin de que pueda identificarlos cuando esté medio dormido.
  • Para terminar su ritual de acostarlo, arroje polvo mágico (invisible) destinado a proporcionar una serenidad perfecta en la habitación.
  • Cuando su hijo haya tenido una pesadilla, mímelo en la cama de él y no en la suya. De lo contrario correo el riesgo de que el pequeño se habitúe a ese ritual tranquilizante y no acepte regresar a su cama.
  • Tome en serio sus temores: demuéstrele con todo detalle que los monstruos no son reales y que él es más fuerte que ellos.
  • Permítale librarse de sus temores: anímelo a relatarle la pesadilla. Al exteriorizar sus temores, el pequeño los libera y puede dominar mejor su angustia.

 

insomnio

INSOMNIO

El insomnio es un accidente en la vía del sueño. Las causas pueden ser diferentes, y si se vuelve crónico, es importante la visita a un especialista. Sin embargo, hay algunos elementos importantes en la higiene del sueño que pueden ayudar a resolver el problema:

  • Evitar televisión y otros aparatos electrónicos antes de acostarse. Se ha comprobado que el exceso de televisión causa problemas de bajo rendimiento, apatía intelectual, obesidad, migrañas, trastornos visuales, mala postura y altera el contacto padres-hijos.
  • Respetar las señales del sueño: bostezos, cabeza y párpados pesados, ojos que “pican”, pupilas hacia arriba, inatención. Y antes de estas señales, iniciar el ritual para que “el tren del sueño” llegue cuando ya estén acostados. El ritual son gestos de transición entre la vida activa y la noche.
  • Cuidar la alimentación pues hay productos favorables al sueño como leche y productos lácteos (no muy grasosos) legumbres, hortalizas y otros desfavorables como carne, azúcar, café, colas, fritos, chocolate, exceso de sopas.
  • Liberar el estrés antes de acostarse a través de la música, la relajación, la lectura, masaje con aromas, e incluso bostezar para inducir al sueño.

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