Si se deciden a darles un teléfono…tengan en cuenta la lista de Gregory

La lista de Gregory

por Carlos Mayora

Gregory era el típico preadolescente de trece años que se moría por un iPhone. Todo el año había pasado pidiéndoselo a sus papás como regalo de Navidad. Su mamá pensó que se lo merecía. Pero el regalo no le iba salir “gratis”: traía un contrato (como en realidad sucede con todos los teléfonos), y a diferencia de muchos adultos, no bastaba que Gregory lo firmara para disfrutar del regalo, tenía que aceptar las condiciones de uso.

“¡Feliz Navidad! [comenzaba el contrato]… eres el orgulloso dueño de un iPhone nuevo. ¡Vaya! Eres un chico responsable de trece años, y te lo has ganado. Pero con la aceptación del mismo, adquieres unos compromisos, reglas y regulaciones”, y a continuación se listaban dieciocho puntos que poco a poco, se han ido conociendo como “La lista de Gregory”.

En una traducción un poco libre, copio un resumen:

1. No olvides que el teléfono es de mamá, ella lo compró y paga por el contrato. Tú lo tienes en préstamo.

2. El password será siempre conocido por mamá.

3. Si suena, contéstalo, es un teléfono. Pero hazlo educadamente. Jamás ignores una llamada si la pantalla dice “mamá” o “papá”.

4. Los días de colegio el teléfono se entrega a papá o mamá a las 7:30 p.m., los fines de semana a las 9:00.

5. El teléfono no va al colegio contigo. Para tener conversaciones hazlo personalmente. Es una de las habilidades más importantes en la vida. Siempre se harán consideraciones especiales de esta regla, dependiendo de circunstancias especiales.

6. Si se daña o desaparece, serás el responsable de su reparación o reposición. Tendrás que ganar dinero para ello. No lo des por imposible… puede suceder.

7. No uses la tecnología para mentir, molestar o dañar a otra persona. No te involucres en conversaciones dañinas acerca de otros.
8. No envíes textos, imágenes o cualquier cosa que no entregarías cara a cara.

9. No envíes textos o digas cosas que no dirías a alguien si sus papás estuvieran presentes.

10. Cero pornografía. Usa la red para contenidos que siempre compartirías conmigo. Si tienes una pregunta acerca de cualquier cosa, házmela a mí o a tu papá.

11. En lugares públicos apaga el teléfono, o ponlo en modo de vibración.

12. Nunca mandes o recibas fotos de tus partes privadas, ni de las de ninguna otra persona. En serio. Algún día tendrás la tentación de hacerlo, a pesar de tu notable inteligencia, pero esto podría arruinar tu vida para siempre. Es imposible hacer desaparecer una mala reputación, y más todavía hacerlo en el cyberespacio.

13. No tomes trillones de fotos. No es necesario documentar todo. Vive tus días. Estos se guardan mejor en tu experiencia que en tu teléfono.
14. Deja algunos días el teléfono en casa. Ni está vivo ni es una extensión tuya. Aprende a vivir sin él. Supera el síndrome de abstinencia.
15. Baja música que valga la pena.

16. De vez en cuando úsalo para jugar.

17. Mantén alta tu mirada. Mira el mundo alrededor tuyo. Mira por la ventana. Escucha los pájaros. Habla con los demás. Maravíllate sin “googlear”.

18. Si fallas alguna regla, me entregarás el teléfono y nos sentaremos a conversar, y empezamos de nuevo. Tanto tú como yo, estamos aprendiendo, siempre. Estoy de tu lado. Estamos juntos en esta nueva experiencia.

Y termina: espero que estés de acuerdo con estas condiciones. La mayoría de ellas tienen que ver más con la vida que con el teléfono, estás creciendo en un mundo que cambia muy rápidamente. Confía en ti, en tu inteligencia y en un corazón magnánimo por encima de cualquier máquina. Te quiero. Espero que disfrutes intensamente tu nuevo iPhone.

 

¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a manejar el estrés?

Pareciera que cada día hay más cosas que nos preocupan….

El estrés es ahora parte de la vida cotidiana, aun en nuestros niños y adolescentes podemos ver que no se libran de él.

Difícilmente podemos eliminarlo completamente de sus vidas, pero, ¿podemos ayudarles a aprender estrategias para manejarlo? ¿Cuáles podrían ser estas?

Antes que nada, hay que decir que el estrés no siempre es malo. Hay malo y bueno. El bueno es el que nos estimula y desafía, el malo el que ocasiona disminución en el rendimiento, ansiedad, irritación, y es a este, al que tenemos que tener bajo control.

el primer paso es la prevención y el estrés se puede prevenir:

  • Manteniendo el cuerpo en buen estado con una alimentación equilibrada, ejercicio y un sueño reparador.
  • Haciendo una programación con prioridades y objetivos, que  ayuda a ser realista sobre lo que es posible y necesario realizar.
  • Teniendo una red de apoyo, formada por amigos y familiares.
  • Realizando actividades agradables
  • Haciendo pausas en el trajín diario

Pero si a pesar de eso, nuestros hijos se sienten estresados o angustiados, podemos ayudarles animándolos a realizar las siguientes actividades:

sin-titulo-1_0Dibujo y pintura: Últimamente se han popularizado los libros de arteterapia. Adquiera uno para que en momentos de estrés, su hijo(a) se tome un tiempo para trabajar en él. Los de mandalas son particularmente recomendables.

 

Respiración: Ellos dirán que lo hacen todo el tiempo, pero hay una forma particular que ayuda a calmarse, una inspiración profunda y una espiración lenta.

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Relajación: tensando y soltando los músculos, haciendo  estiramientos.
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Actividades agradables para ellos: 

oír música,                                                           images

bailar,

leer,

practicar un deporte.

 

Visualización: elaborar imágenes mentales para crear una sensación de calma. Se puede hacer con imágenes guiadas, usando cintas de la naturaleza. Por ejemplo, imaginarse que estás en un lugar en el que te sientas seguro y feliz.images (1)

 

Reestructuración del pensamiento: esta es una de las técnicas más importantes, pues lo que pensamos condiciona mucho lo que sentimos. Si tomamos conciencia de nuestros pensamientos negativos, que en muchas ocasiones son automáticos, podemos someterlos a análisis y cambiarlos por pensamientos más realistas y adaptativos. De esta forma se reduce la ansiedad asociada a ese pensamiento. Por ejemplo, nuestro hijo ante una evaluación puede pensar “nunca lo lograré”, lo cual le genera un sentimiento de ansiedad y desesperanza, pero si en cambio piensa “la próxima vez estudiaré más y saldré mejor”, el pesimismo se transforma en optimismo.

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El colegio también quiere hacer su parte en este sentido y es por eso que se hará una semana anti-estrés para los alumnos de segundo y tercer año de bachillerato donde a partir de ejercicios de arteterapia, yoga, visualización, los alumnos aprendan a manejar su estrés cuando lo necesiten