comunicarse con su hijo

Comunicarse con su hijo
En cuantas más conversaciones interactivas y en más juegos participen los niños, más aprenden. Las conductas de leerles libros, cantarles, jugar a juegos de palabras o, sencillamente, hablarles aumentan el vocabulario de los niños de esta edad y les enseñan la habilidad de escuchar.

He aquí unas pocas propuestas para ayudar a mejorar las habilidades comunicativas de su hijo:

Hable con su hijo sobre qué ha hecho durante el día o sobre los planes para el día siguiente. «Creo que va a llover esta tarde. ¿Qué haremos?» O comente con él a la hora de acostarse lo que le ha ocurrido durante el día.
Juegue con él a juegos de simulación y de fantasía.
Lea a su hijo sus libros favoritos una y otra vez y anime a su hijo a participar en la lectura, diciendo palabras que él ya se sabe. Anime a su hijo a simular que es él quien le lee el cuento a usted.

 

Vocabulario y pautas de comunicación
Entre los 2 y los 3 años de edad, los niños experimentan un tremendo desarrollo en sus habilidades lingüísticas:

En torno a los 2 años, la mayoría de los niños pueden seguir órdenes sencillas y saben decir 50 palabras o más. Muchos de ellos combinan palabras en frases cortas. Los niños de esta edad suelen poder seguir instrucciones de dos pasos como: «Alcanza la pelota y dásela a papá».
En torno a los tres años, el vocabulario de un niño suele ser de 200 palabras o más, y muchos niños pueden unir tres o cuatro palabras en frases. En esta etapa de desarrollo del lenguaje, los niños pueden entender más y hablan con más claridad. Por ahora, usted debería entender en torno al 75% de lo que le diga su hijo.

Los niños deberían estar utilizando el lenguaje libremente, empezando a resolver problemas y a aprender conceptos. Generalmente, a esta edad, los niños pueden participar en sesiones de preguntas y respuestas sencillas. También saben contar hasta tres objetos correctamente, empiezan a contar historias o cuentos y se saben su nombre y su apellido.

¿Cuándo debería llamar al médico?
Si cree que su hijo está teniendo problemas auditivos, en el desarrollo del lenguaje o en la claridad del habla, hable con su médico. Una prueba de audición puede ser uno de los primeros pasos para saber si su hijo tiene o no un problema auditivo. 2 años de edad no es demasiado pronto para hacerle una evaluación logopédica (del habla y el lenguaje) a un niño, sobre todo si su hijo no sabe seguir órdenes, contestar a preguntas sencillas o dice muy pocas palabras.

KidsHealth / para Padres / La hora de lectura para niños pequeños.
Motivos por los cuales leerles a los niños pequeños
Los estudios demuestran que los niños que cuentan con una exposición activa al lenguaje tienen ventajas sociales y educativas con respecto a sus pares, y la lectura es una de las mejores formas de exposición al lenguaje.
Leerles a los niños pequeños establece las bases para una posterior lectura independiente. Los problemas de lectura pueden ser difíciles de solucionar cuando se detectan en la escuela primaria, pero la mayoría pueden prevenirse si la exposición a la lectura comienza en la primera infancia y en los años previos a la escuela.

Antes de que comiencen a leer por su cuenta, los niños deben adquirir habilidades emergentes para leer y escribir. Esto implica:

contar con un amplio vocabulario y saber cómo usarlo
comprender que las palabras están formadas por sonidos más pequeños (lo que se denomina conciencia fonémica)
comprender que los símbolos en una página representan letras y palabras;
conocer las letras del alfabeto
No necesita juegos, tarjetas educativas o instrucción especial para que un niño pequeño adquiera estas habilidades. Leerles a los niños con la mayor frecuencia posible es la mejor forma de ayudarlos a que aprendan a leer por su cuenta.

Ayudar a su hijo a pasar a la etapa de la niñez
Leer en voz alta también representa una forma importante de ayudar a los niños a logros la transición de la infancia a la niñez. Entre la edad de 1 y 3 años, los niños pequeños viven y desafíos, por lo que sería de gran ayuda que escuchen historias sobre otros niños y cómo superaron los miedos sobre qué hay debajo de la cama o cómo hicieron frente al desafío de usar el baño.

Los niños hacen grandes avances en lo que respecta al vocabulario durante este período y aprenden sobre las letras, las formas, los colores, el clima, los animales y las estaciones: conocimientos que se pueden reforzar a través de los libros. Elija libros que tengan muchas imágenes que su hijo pueda señalar y nombrar.

Pero mientras se encuentra ansioso por aprender sobre el mundo y experimentarlo, su niño pequeño necesita establecer una fuerte conexión con usted. La lectura regular conjunta puede fortalecer esa conexión y ayudaría a que su niño pequeño se sienta cómodo y seguro.

Cuándo y cómo leerles a los niños pequeños
Los expertos recomiendan leerles a los niños pequeños con la mayor frecuencia posible e intentar dedicar, al menos, un momento programado por día a la hora de lectura. Elegir momentos de lectura regulares (en especial antes de la siesta y la hora de dormir) ayuda a que los niños aprendan a sentarse con un libro y relajarse. Pero puede leer en cualquier momento en que su hijo se encuentre de ánimo.

Si su niño pequeño lo deja, siéntelo en su regazo mientras lee. Es un gran momento para:

ayudar a que los niños se sientan seguros, felices y relajados
brindarles toda su atención
mostrarles cosas nuevas
estimular la participación
Descubrirá que su niño pequeño quiere ser independiente y exitoso. Fomente este deseo ofreciéndole tres o cuatro libros para que elija, elogiando su elección, permitiéndole que lo ayude a dar vuelta las páginas y pidiéndole ayuda a medida que encuentre cosas en una página. A su hijo le encantará terminar las oraciones de los libros que tienen rimas o frases repetidas. Cuando encuentre una frase repetida o una rima en un libro, detenga la lectura y deje que su hijo la termine.

Aquí encontrará algunos consejos de lectura adicionales:

Lea cualquier libro que su niño pequeño le pida, incluso si es el mismo libro que viene leyendo todas las noches durante muchas, muchas semanas.
Léalo suficientemente despacio como para que su niño pequeño comprenda lo que está diciendo.
Lea de manera expresiva, usando voces diferentes para cada personaje y levantando o bajando la voz según sea apropiado.

Elija libros de cartón o libros de tela que sean duraderos. Puede dejar que su hijo use estos libros por su cuenta sin tener que preocuparse por que pueda arrancar las páginas.
Mientras lee, use marionetas, juegos con los dedos (como «Witsi witsi araña») o accesorios de utilería.
Aliente a su niño pequeño para que aplauda o cante cuando esté leyendo libros de ritmos musicales o de canciones.
Hable sobre las ilustraciones. Señale los elementos y nómbrelos. Luego, pídale a su hijo que los nombre y elógielo con entusiasmo.
Haga preguntas abiertas, por ejemplo, «¿por qué crees que el león va al bosque?» o «¿qué crees que pasará después?». Este tipo de preguntas alienta a su hijo para que piense sobre la historia y haga preguntas.
Reemplace el nombre de su hijo por el nombre de uno de los personajes del libro.
¡Diviértase! Demuéstrele a tu hijo que leer es agradable.
No es necesario quedarse quieto
Puede ser frustrante intentar leerle a un niño pequeño que no quiere quedarse quieto. Es importante ser paciente y seguir intentando. Busque un libro o algunas páginas que sean de interés. De no ser posible, no fuerce la lectura, pero asegúrese de volver a intentarlo más tarde. Recuerde que a los niños pequeños les encanta la repetición: si su hijo parece no estar interesado en los libros, es posible que deba encontrar uno de sus favoritos y leerlo una y otra vez.

A algunos niños pequeños activos les gusta pararse mientras lee. A otros les gusta mirar una o dos páginas antes de ponerse a hacer otra cosa. No guarde el libro: es posible que los niños quieran volver a usarlo más tarde, deseo que debe fomentar.

No se preocupe si su hijo no puede quedarse quieto durante toda la lectura: el período de atención de los niños pequeños pronto se extenderá. Es posible que quiera seguir leyendo aunque su hijo no se quede quieto. Antes de la hora de dormir, deje que su hijo toque sus juguetes favoritos y juegue con ellos mientras lee en voz alta. El sonido de su voz actuará como un relajante recordatorio de que ha llegado su rutina para la hora de dormir y de que los libros son parte de dicha rutina.

Se dará cuenta de que su hijo puede quedarse quieto con mayor facilidad si colorea o juega con uno de sus juguetes favoritos mientras lee. No dé por sentado que su hijo no está interesado o no está escuchando si no está mirándolo o no está mirando el libro.

Quiere que su hijo desarrolle asociaciones positivas con la lectura, de modo que, si se siente tenso o si su hijo se resiste, considere dejar el libro a un lado y retomar la lectura más tarde.

Recuerde que leerle a su hijo es solo una de las formas de fomentar las habilidades emergentes para leer y escribir. También puede hablar con su hijo durante el día, cantar canciones con él, jugar juegos de rimas e inventar sus propias historias juntos. Recuerde darle papel y crayones a su hijo para que pueda practicar la escritura.

Es posible que deba limitar el tiempo que su hijo pasa frente a una TV u otros dispositivos electrónicos. La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda que los niños menores de 18 meses de edad no sean expuestos a ninguna pantalla, con la excepción de conversaciones por video con familiares y amigos. Los niños entre 2 y 5 años no deben pasar más de 1 hora diaria y deben estar acompañados de un adulto que les explique lo que está viendo.

Cómo elegir libros para los niños pequeños
Los niños pequeños quieren sentirse incluidos y competentes. Por ello, elija libros cuya lectura puedan seguir, en especial aquellos que contienen texto repetido de modo que puedan completar con palabras. Para mantener el interés de su niño pequeño, elija libros que tengan poco texto en cada página y libros sobre temas que sabe que a su hijo le interesan.

Para los niños más pequeños (de 12 a 24 meses), deberá elegir libros resistentes de cartón con imágenes (especialmente fotos) de niños haciendo lo que acostumbran hacer todos los días. Los libros sobre la hora de dormir, la hora del baño o la hora de comer son una buena elección, así como los libros sobre decir hola o adiós. Mantenga ocupadas las manos inquietas con páginas desplegables y texturas que su hijo pueda sentir.