El período de adaptación es una etapa de socialización en la que el niño pasa de un entorno familiar a uno totalmente desconocido sin estar acostumbrado a separarse de su familia. Es un cambio mediante el cual el niño va asimilando tanto los inconvenientes cómo las ventajas de la separación porque ésta le va a suponer adquirir y afianzar sucesivamente su autonomía personal y grado de socialización, pilares básicos para la estructuración de su personalidad.
La entrada del niño en la escuela infantil supone para él un importante cambio: Implica la salida del entorno familiar y de un espacio que conoce. Todo esto va a modificarse: su mundo de relaciones va a ampliarse al salir del estrecho círculo familiar para entrar en contacto con un nuevo espacio: la escuela. Esto implica para el niño aceptar un nuevo espacio, aprender a moverse libremente en él, explorar el nuevo material, adaptarse a las rutinas.
El período de adaptación dependerá de factores como: la edad del niño, su grado de madurez, su carácter y de un factor crucial en esta etapa que es la actitud de los padres. Las reacciones normales ante una adaptación son:
1. Desde el punto de vista somático pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos…
2. Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, o pueden tener comportamientos agresivos.
3. Desde el punto de vista afectivo y social pueden llorar, negarse a ser atendidos por extraños; aislarse y no relacionarse; aferrarse a objetos que traigan de casa; apegarse más a los padres;
Debemos saber que estas son manifestaciones normales de este periodo y que si lo entendemos de una forma natural estaremos ayudando al niño en la resolución de este proceso que es el periodo de adaptación. Para ello debemos comprender que cada niño tiene un ritmo de adaptación que hay que respetar.
Cuando hablamos de la separación mutua de niño-familia, entendemos que no sólo se adapta el niño, sino que también los padres van a tener que adaptarse.
En esta etapa fomentaremos la participación del niño motivando a través del juego, nunca forzando y obligando.